Terminaba la anterior entrada del blog con la palabra intensidad. Se queda diminuta en comparación a lo que hemos podido experimentar en las cataratas de Iguazú. Mira que has visto fotos, mira que te lo han contado veces los viajeros que te vas encontrando por los hostel y mira que tu te haces una idea enorme del sitio. Nada comparado a lo que te encuentras.
Llegamos a Puerto Iguazú después de ¡¡¡¡22 horas de autobús!!!! y como somos así de chulos decidimos coger sitio en el mejor HOSTEL de Sudamérica. Era un antiguo casino, antiguo hotel y ahora reconvertido a hostel. Una maravilla con una piscinaza, palmeritas, billares, sofás enormes, espacios amplísimos, todos los servicios y habitaciones con baño propio y aire acondicionado. Ese aire que hacia 38 horas era helado aunque estuvieses en el desierto a 4600 metros de altura en zona desértica ahora era subtropical, a 26 grados, humedad del 98 % y un gustazo que no veas. Estaba muy contento. Nos hemos dedicado a descansar y disfrutar en el hostel. Nada mas llegar partida de ping pong y a darte un baño en la piscina. Cenar con 50 mas en el hostel y venga a conocer gente.
Y a la mañana siguiente te levantas prontito, desayuno y……
Yo no se si podréis observar la magnitud del sitio por la foto pero es algo que te deja sin palabras, mudo, te hace gritar, no te deja oír, el ruido del agua es enorme pero a cortas distancias te deja hablar.
Hasta que llegas a ver esto has entrado al parque nacional y ya desde la entrada oyes algo a lo lejos. Para llegar hasta la zona de las cataratas te llevan en un trenecito o vas a pata por un sendero. Tienes tres zonas de recorrido por pasarelas perfectamente puestas en las zonas de las cataratas. Dos recorridos son por la parte superior de las cataratas y otra por la parte inferior.
Por la mañana hicimos la parte inferior y superior de la foto que estáis viendo y además nos dimos el lujazo de una excursión en lancha por el rio para meternos por debajo, más o menos, de las cataratas y de la GARGANTA DEL DIABLO. Por la tarde nos fuimos a la otra parte superior que es la zona de la garganta del diablo.
Hasta que comimos August y yo estábamos que no podíamos con tantas emociones. Estábamos como niños con tantas cosas que se ven, animalitos y yo haciendo mil fotos. Esta vez me lleve las dos cámaras y he hecho videos hasta casi estar debajo de las cataratas.
Ya después de haber comido nos fuimos a las pasarelas de la Garganta del diablo a donde llegas con el trenecito también. Ya no piensas que algo de allí te vaya a sorprender pero el hombre es el único bicho que se tropieza todas las veces que haga falta y ahí estaba yo abriendo de nuevo la boca ante la magnitud de donde estábamos precioso. Agua en cantidades que yo desconocía precipitándose a un vacio que no ves porque lo cubre la propia bruma del agua que se produce al chocar contra lo que quiera que haya al final de esa cascada. Parece como si allí se fuese a meter todo el agua del mundo para no volver a verla jamás.
Allí estuvimos acompañados por unos chicos que conocimos mientras que ibamos en el trenecito de ida y que luego se vendrían a pasar la noche a nuestro hostel para seguir con la fiesta. Que dia y que noche mas genial pasamos.
Y a la mañana siguiente como teníamos descuento y también íbamos acompañados pues nos decidimos a volver a verlas. Algunos dirán que somos unos exagerados por repetir…que no es para estar dos días y quizás tengan razón pero es que eran tan bonitas…..
Y ahora viene la sorpresa. Al llegar al parque todo parecía normal pero cuando nos disponíamos a ir a La Garganta del Diablo resulta que estaba cerrada.¿EIN??? ¿por que? Ayer estuvimos sin problemas. Pues resulta que el caudal había subido un poquito…..EL DOBLE!!!! En una sola noche.
Yo pregunte que como era eso posible y un guía me conto que la superficie que abarca el cauce del rio son 70000 kilómetros cuadrados y que en la mayoría de esa superficie había caído la misma cantidad de agua en un día que la suele caer en un mes. Tela!
Total que nos damos la vuelta para ver lo mismo que el día anterior. Y si nos quedamos sin palabras el primer día, el segundo no nos lo podíamos creer. El día anterior entre catarata y cataratas había espacios donde se veia la pared rocosa, vegetación……pero ahora todo o casi todo era agua!!!!
El agua caía mas marrón y sucia pero con una fuerza gigantesca….lo inundaba todo. Y además este segundo día pudimos ver hasta monos en los arboles. No sé, había más gente que el primer día pero conseguías aislarte y parecía que estabas en mitad de la selva con todo aquello a tu alrededor y no te lo terminas de creer.
Ha sido otra experiencia inolvidable y creo que será bastante difícil encontrar otra maravilla tan brutal como las Cataratas de Iguazú!!!
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