viernes, 7 de enero de 2011

PAKSE EN 6 HORAS Y EL AUTOBUS LITERA.

 

 

Llegamos a Pakse metido en un mini autobus apretados como sardinillas y con las maletas en el techo en dos horas y media desde las islas y alli nos dijeron que teniamos que esperar hasta las 8 de la tarde que salia el autobus litera a Vientiam. Pues decidimos hacer un poco de paseo por Pakse. Pero nos encontramos con un chico de Madrid que estaba viajando por Laos y Camboya de hacia un par de meses y que iba en sentido contrario al nuestro y con el que nos tomamos una cervecilla. Charlando de la vida en Camboya y Laos teniamos la misma impresion que todos los viajeros. En estos dos paises se vive tranquilo y a un ritmo de vida mucho mas humano. En esas estabamos que me suelta una frase que definia el ritmo de vida de la gente de Laos. Un dicho popular que dice asi: En Vietnam plantan el arroz, en Camboya lo recogen y en Laos la gente se sienta a escuchar como crece el arroz.

Describe perfectamente el ambiente tranquilo en el que te encuentras a estas gentes por el campo y por los pueblos pequeños. Me encanta este dicho. Y el chico madrileño se marchaba antes porque su autobus iba hacia las 4000 islas y nos quedamos con otro chico tailandes que os acompaño toda la tarde. El ya habia estado hacia 2 o 3 dias alli asi que nos hizo un poco de guia. Desde la estacion de autobuses bajamos y nos topamos con un estadio de deportes donde a las afueras estaban jugando a una especie de boleibol pero con los pies. Equipos de 3 contra 3 y en este caso eran chicas. Lo hacian muy bien. Muy curioso. Y al August le entro un ataque de hambre asi que nos pusimos a buscar algun restaurante que no fuese excesivamente “callejero” y nos fuimos a la zona del rio donde cenamos en otro sitio muy parecido al de dias anteriores, una terraza tirada al rio y con un atardecer, de nuevo precioso. Puede parecer que tanto atardecer bonito es una exageracion pero es que dia tras dia el sol seguia poniendose rojo y dejando una luz que cubria todo de naranja. Todas las tardes, sin excepcion.

Y asi se nos hizo de noche y terminamos de dar el paseo por Pakse que aparte de un mercado diurno y un templo budista poco mas tiene de interes arquitectonico. El tuk tuk de vuelta a la estacion fue otra de esas cosas que no se me va a olvidar jamas. Acordamos el precio con el conductor y vimos que no habia espacio para 3 asi que a mi me toco hacerme el valiente y ponerme de bulto en la parte de atras sentado y agarrado como pudiese. EL caso es que antes de arrancar el chico tailandes se baja del tuk tuk y nos dice con cara de susto que el chofer esta borracho. August y yo le miramos con cara de….bueno pero es el que nos lleva barato y llegamos un poco apurados y no hay mucho donde elegir. La verdad es que luego nos arrepentimos un poco porque la carrerita que nos dio el tipo son de las que ponen los pelos de punta, saltandose todos los semaforos y conduciendo muy raramente,osea borracho. Le pegue una bronca que te cagas al llegar porque no habia derecho y el tipo a poco se me encara. En fin, muy lamentable. Y llegamos a la estacion donde nos esperaba nuestro flamante autobus  litera. Al principio lo veiamos fenomenal con espacio suficiente por litera , con almohadas, cortinitas, de todo. Al entrar al autobus te hacen quitar los zapatos, como en los templos o en las casas, algo que nos hizo gracia. Luego ya no nos hizo tanta gracia ver que donde creiamos que iba uno podian ir dos. Y asi que nos paso. Nos pusieron juntos y la cosa fue un poquito apretada. Aun asi es mucho mejor que pasarse la noche sentado dando botes y conseguimos descansar. Cuando abrimos el ojo eran las 6 de la mañana y estabamos en la capital de Laos, Vientiam.

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